domingo, 23 de agosto de 2009

"Se hacia tarde y tenia que estar en la avenida 25 de octubre en menos de dos horas, todo por una sencilla carta que decía "Sino me esperas, sencillamente me iré".

Eran las 6 de la tarde y comenzaba a lloviznar lentamente, el centro de Los Ángeles se cubría de un tormento agitado donde la gente corría por distintos lados escapándose de la lluvia que se asomaba impaciente haciendo tronar el cielo.

Capitulo 1: "Captarte en el rostro"

El miedo me excitaba, quería sentir algo nuevo en mi vida y no desesperarme hasta el punto de asustarme y regresar. Entonces era un combate conmigo mismo, el dolor de estomago comenzaba a enturbiar mis sentidos y no hallaba mejor cosa que mirar mi celular varias veces para ver la hora. Estaba en camino a pie, lentamente con mis piernas adoloridas, ya que sin darme cuenta me sobre exigía por el nervio y caminaba mas rápido de lo usual.

¿Una micro? Debería haber tomado una micro para llegar lo antes posible al lugar que me dirigía.
Entonces me di cuenta que no me alcanzaba el dinero para tomar una micro así que en vez de alentarme, me agite y comencé a correr deprisa tras mi objetivo, ¿Para que? Para esperar...

Entonces cuando ya eran las 7 de la tarde llegue a la Avenida 25 de octubre donde me detuve y me deje caer en un rincón mojado para observar que persona podía llegar. Pensé si todo lo que estaba haciendo realmente era inteligente, o que sencillamente se podría tratar de una broma. De la nada mi respuesta se revelo, era un sujeto vestido de negro, usando unas gafas oscuras, un cabello blanco, una piel joven y tan blanca como la leche.
Al verlo de ese modo no me atreví a acercarme; lo hallaba muy arriesgado, sin duda hubiese sido una locura yo dar el primer paso. Además si me conocía no tenía porque acercarme yo a hablarle.
En ese instante el me vio por unos segundos y comenzó a caminar donde estaba.

-¿Señor Leonardo?-
-Soy yo... Estoy aquí y lo espere como decía la carta-
-Perfecto, le tengo buenas noticias, usted perderá su identidad por algunos días- El sujeto saco un cigarrillo de su guantera y comenzó a fumar.
-¿Porque? ¿De que diablos hablas?- En ese instante proseguí a alejarme por el miedo.
-No te asustes, calma... Todo te lo iré explicando a su momento-
-Claro, quieres que siga a un extraño, con una vestimenta extraña, que además... ¿Bueno?-
-Se que hay muchos violadores que se atreven últimamente a buscar niños hermosos como tú, pero eso no va al caso, la cosa no es conmigo-
-y ¿Porque yo? ¿De donde saco información sobre mí?-
-Estas interesado en saberlo... Lo sé muy bien, si te interesa saber porque tú tendrás que seguirme-
-¿Mmm?-
-Que tal si... ¿Vamos a charlar a la plaza y tomamos algo para hablarte sobre el porque estoy aquí?-
-Sería mas agradable, pero por prevención, no te acerques mucho a mí-
-No hay problema señor Leonardo... Sus deseos son ordenes-

Comencé a seguir al sujeto, que se veía de 25 años, no era tanto... Pero se veía muy inteligente, ingenioso, pero solo por el hecho de usar gafas y ser tan desconocido para mí no me atreví a darle confianza.

-Entonces Leonardo... Tienes 20 años, no estudias, vives mantenido por tus padres, te dedicas a ¿seducir mujeres?-
-Claro, a eso mismo... y mucho más-
-Lo sé, me han pasado mucha información acerca de tì-
-Aun no entiendo, a que quieres llegar...-
-Reitero, todo a su momento... Mejor cuéntame de tu vida-
-Es estúpido esto de contarle la vida a un sujeto extraño... Es mas, no sé porque estoy aquí si aun no me revelas nada-

No me iba a arriesgar, tome mis cosas y me aleje del sujeto.

-Hey, espera... Toma esto- El sujeto me lanzo un papel con una nueva dirección.
-No, entiéndelo. Es estúpido todo esto- Proseguí a romper el papel.

Ni siquiera quise leer el papel y seguí caminando devuelta a mi hogar. Mas haya de la calle, seguí pensando en el extraño sujeto por el cual camine muchas cuadras sin obtener una respuesta concreta, entonces esa excitación era mas pensando que encontraría una hermosa rica como en esas historias de conspiración y me intentaría seducir. Pero en el instante que pensé eso me encontré con unas prostitutas que siempre se ponían en la calle esquina cerca de un almacén en la calle Huérfanos.
La prostituta prosiguió a acercarse a mí y de la nada comenzó a abrazarme y decirme al oído:
-Washito, por mil pesos hago todo lo que me pidas-
Obviamente yo la aleje al instante y le dije ni gracias, en ese instante ella me volvió abrazar por detrás y metió sus dos manos a mis bolsillos, al tanto termine por sacárselas y comencé a alejarme discreta y rápidamente posible, pero alcance a escuchar lo ultimo que le dijo a su compañera en la esquina.

-No era tan grande como me lo esperaba, por eso lo deje ir...-
-Hoy día no quedan hombres dotados, pero si aparece hay que actuar las dos-

Al escuchar eso me sonroje y termine por desviarme a otra calle de la vergüenza, mientras algunos transeúntes escuchaban y se reían en silencio.

Cuando llegue a mi casa, no había nadie. Tuve que quedarme afuera a esperar que llegaran mis padres. Miraba el reloj y no pasaba nada, eran ya las 12 de la noche y ni rastro de ellos. Hable con los vecinos y nada, ni siquiera los habían visto salir. Golpee reiteradas veces la puerta y nada.
De pronto realice un movimiento y sentí que algo tenia en mis bolsillos. Metí mi mano y saque algo, era "Un papel" escrito con una letra engorrosa.

-¿Prostitutas promocionando en los bolsillos?- Me salio una pequeña carcajada en mi ruidoso y bienaventurado día de estupideces.
Proseguí a poner en mi bolsillo nuevamente el papel. Las horas se hicieron largas, eran las 2 de la mañana, estaba todo muy oscuro y dentro de mi casa escuchaba como el teléfono sonaba reiteradas veces. Mi preocupación se volvió extrema y volví a preguntarle a mis vecinos, ¿Que demonios había ocurrido?

Eran las 2:30 de la mañana, me senté nuevamente y leí el papel. Para mi impresión no era la promoción de donde encontrar prostitutas.

"Joven, Es su decisión, se lo reitero, no sé si pueda leer este papel, pero es urgente que venga donde mí, esto no se trata de mentiras, ni de algún intento por profanarlo, esto es un hecho que no puedo revelarle a usted en este lugar. Por favor, si esta interesado venga mañana nuevamente al lugar que le indique. Respecto a sus padres que quizás no estén, no fui yo. Sino que ellos mismos quienes lo dejaron, atte: Usted sabe quien soy".

Entonces no tenía opción, pero no iba a creer del todo, así que me mantuve esperando en el frío de la noche y en la mañana si llegaban. Pero no aparecieron...

En la noche helada pensé muchas cosas acerca de mi vida, como el hecho de que mis padres jamás me hayan retado, pese a lo criminal que fui, pese a todos los colegios de los cuales fui expulsado, también pensé en como eran tan antisociales, era extraño que salieran. En ese instante recordé que jamás me hablaron de su pasado también, muy distinto a otros.

-¿Entonces mi vida era un misterio?- Dije en voz alta.

Al otro día, sin otra opción proseguí a caminar nuevamente hambriento, con frío y extrañado por todo al lugar que me habían indicado y nuevamente estaba él.

-Leonardo, es un honor que hayas elegido venir-
-Solo dime que diablos sabes de mis padres-
-¿Yo? No mucho... Pero si quieres descubrir la verdad, llegaste al lugar indicado, te darás cuenta que gran parte de tu vida estuvo predestinada, en un país tan pequeño como este. Los Ángeles es una madriguera de ratas donde todos quieren el poder-

El sujeto con su confianza tomo mi mano, la cual solté rápidamente y lo seguí. Fue así como llegamos a los prostíbulos ubicados en la calle Principiante.

-El refugio de los federalistas... Pasa y siéntete como en tu casa-
-Ah, ¿ósea que tu manipulabas a la prostituta?-
-Las prostitutas aman tanto al sexo como a nuestro señor, no por nada aceptan tener sexo por información, con esto te revelo algo que te pondrá en riesgo, pero siento que ya me tienes una pequeña confianza-
-No la tengo, eres definitivamente muy ingenuo, eso es patético-
-Al final, quizás tú seas mas ingenuo que yo-
-Quizás...-

Entre solo al prostíbulo, donde las prostitutas se hacían a un lado mientras yo pasaba, las miraba a todas, veía los gestos que me hacían, apuntaban hacia la escalera en un rincón asolado del local. Cuando asome mi rostro en la puerta vi algo que no me imaginaba poder ver.

-¡Leonardo! esto es magnificado, al fin uno de los nuestros originales, en nuestras filas, hijo del gran "BlackStone"- Grito un anciano sentado en un sillón al fondo de la sala.

La sala era hermosa, dorada, con cortinas rojas, era difícil creer que algo así se ocultaba en un prostíbulo, ni siquiera el ruidoso sonido de los orgasmos al entrar se escuchaba, todo estaba perfectamente en orden, el al final sentado y unos tantos sujetos bien vestidos hablando en distintos lados, que al momento de asomarme se quedaron mirándome.

-Quizás estés sorprendido, pero siéntete como en tu hogar, estoy seguro que lo será por un buen tiempo-
-¿A que te refieres?-
-Bueno, siéntete cómodo y hablaremos... Hablaremos de algo que jamás pudiste haber imaginado-
-Háblame de mis padres...-
-Pero claro, te hablare de tus padres... Te hablare de tus verdaderos padres joven Leonardo-
-¿Mis verdaderos padres?-
-Si joven Leonardo Larrain, o quiero decir: "Leonardo Blackstone"-
-¿Blackstone?-

Blackstone... Blackstone... No podía creerlo, no podía creer el apellido que montaba sobre mis hombros...

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